Que las redes sociales y las comunidades en Internet están de moda y son ya un fenómeno de enorme magnitud sólo alguien muy despistado podría ponerlo a estas alturas en cuestión. Al final de este año 2008 Facebook supera los 140 millones de usuarios activos en todo el mundo, según los datos que facilita la propia compañía. Cada mes se suben al sitio más de 700 millones de fotos y más de 4 millones de vídeos.
En España, dentro de los espacios de estas características, Facebook es tuteado por Tuenti, que presenta datos de crecimiento espectaculares. En la actualidad cuenta con más de 3 millones de usuarios activos y 7.500 millones de páginas vistas cada mes (El Mundo, 07/12/08). La red social española preferida por los más jóvenes se ha situado además como la cuarta búsqueda de más rápido crecimiento en Google en todo el mundo, incluso por encima de Obama, como revela la publicación por parte del principal buscador de Internet de los resultados de su Zeitgeist 2008.
Ante un panorama así, una política que subestime el enorme potencial de las redes sociales corre el riesgo de quedarse anclada en la Prehistoria. No obstante, debe quedar muy claro que no todo vale, que no basta sólo con estar. Rastreando por Facebook y Tuenti en perfiles de políticos o de partidos observo que, por lo general, se limitan a mantener la misma relación unidireccional en la comunicación, aunque el canal sea distinto del tradicional. También abundan quienes piensan que, de repente, por entrar en estas plataformas digitales han cruzado la imperceptible línea de separación entre la imagen pública y la privada, para meterse de cabeza en el ámbito de la segunda. Pero esto merece un post monográfico. Así que lo dejo aquí de momento.
Me interesa muchísimo la exploración de nuevas formas de participación social, encontrar otras vías de acceso a la política que puedan resultar más atractivas o fáciles para quienes huyen de ella y la sienten como algo ajeno. Estoy convencida de que sólo de ese modo romperemos la brecha entre gobernantes y gobernados. También estoy segura de que sólo de esa manera acabaremos con el descenso paulatino de la implicación ciudadana en la política y con el incremento de la abstención en los procesos electorales.

Creo que el problema de la clase política es que escucha poco a la ciudadanía y las redes sociales para ser utilizadas con eficacia por los políticos requieren una notable capacidad de escuchar y responder a las quejas y a las sugerencias de los representados. Por otra parte, en España y en Andalucía se necesita un trabajo de base, puerta a puerta, para implicar a cada persona en un compromiso individual y colectivo.
Claro que no basta con estar en una red social, se trata de hacer muchas otras cosas: tener ganas de expresarse, de cambiar el mundo, de escribir un blog, de interactuar con los demas,… de participar, en definitiva
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Mª José:
Un buen post para reflexionar estas Navidades. Sin duda alguna las estrategias de márketing electoral jugarán en el futuro un papel esencial a la hora de conseguir hacerse eco en la ciudadanía Es cierto que las nuevas tecnologías progresan rápidamente, y quizá haya que asimilar; no en vano hemos pasado de las páginas web, a los blogs y de éstos a las comunidades virtuales y redes sociales.
Los expertos en comunicación política tienen un amplio abanico de recursos dónde investigar la eficacia del uso de los mismos. En Estados Unidos conocen bien la importancia de diseñar milimétricamente una campaña electoral, y existen consultorías especializadas. En España, estamos empezando, pero no tenemos que recorrer el camino sólos, puesto que existe bibliografía y abundantes textos e investigaciones en revistas especializadas.
Vamos a ver el próximo año el uso de estas herramientas en tres citas electorales: elecciones gallegas, elecciones vascas y europeas. Sin duda alguna un buen termómetro y la posibilidad de recurrir al empirismo en el empleo de estos métodos.
Futuro tienen, pero cómo siempre las herramientas informáticas no son nada sin el uso que de ellas hagamos los políticos. Ahí está el reto, en crear un valor añadido a otras fuerzas con las que competimos electoralmente.
Feliz navidad a todos/as, desde la Alcarria.
TOMÁS GARCÍA
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Se me olvidó matizar que no se trataba de opinar sobre una estrategia ya diseñada sino de una estrategia por construir.
Un saludo!!
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Toda la razón, pero…mira que es complejo el tema. Hasta hace una semana pensaba que sólo las estructuras de los partidos no habían entendido el tema, hoy empiezo a pensar que la ciudadanía tampoco lo tiene claro.
Un ejemplo: pensé que un tema que podría anima a los facebookeros miembros del grupo de Izquierda Unida-Comunidad de Madrid (IU-CM)podría ser que opinasen sobre la estrategia 2.0 de IU-CM, estando en este espacio…me pareció que era un tema sugerente.Pues bien, de las 118 personas que componen el grupo sólo 1 ha contestado en el foro.
Mi conclusión: Aún nos queda mucho por caminar en el tema de las redes sociales y en la participación.
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Has dado en la diana de este asunto. No se trata de estar, se trata de participar. Las redes sociales son una gran herramienta con muchas posibilidades, algunas aún incluso por descubrir. Ofrecen grandes ventajas para una comunicación multilateral y, a la vez, directa y personal. Sin duda, son el presente de la comunicación gracias al gran número de usuarios que cada día las utilizan y deben convertirse en un canal fundamental para el acercamiento de los políticos a los ciudadanos y viceversa. Pero es más, deben convertirse en una herramienta de participación ciudadana que esté, en definitiva, al servicio de la democracia por cuanto su filosofía, en la que todos los usuarios están el mismo nivel y permiten la interconexión entre ellos de manera directa, es la esencia de la democracia (participación ciudadana directa y al mismo nivel).
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